El papel de la crisis climática en la lucha contra la violencia hacia las mujeres
Zoé Cerutti, responsable de proyectos internacionales del Observatorio Internacional de la Violencia contra las Mujeres, participó en el VII Foro Mundial de Derechos Humanos de Gwangju para intercambiar sobre los vínculos entre el cambio climático y la protección de las mujeres víctimas de violencia machista.
Violencia contra las mujeres: elementos de definición
La violencia contra las mujeres es universal y afecta alespacio público (acoso callejero, violencia en el trabajo, etc.) y al espacio privado (violencia doméstica, matrimonios forzados); así como al espacio digital (ciberacoso, violencia sexual a través de herramientas digitales). Según la ONU, 1 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja. Cada 11 minutos, una mujer es asesinada por su pareja o un miembro de su familia. Los feminicidios, los crímenes de honor, y estos tipos asesinatos basados en el género son de más en más frecuentes extendidos en todo el mundo. En México, entre 1993 y 1998, se encontraron 1653 cadáveres de mujeres en Ciudad Juárez. En 2020, más de 10 mujeres al día siguen siendo asesinadas en todo el mundo. Los movimientos feministas han trabajado por el reconocimiento del término “feminicidio” para referirse a un homicidio motivado por el género de la víctima. Además, en todo el mundo, 650 millones de mujeres han sido obligadas a casarse antes de los 18 años, según UNICEF .
A nivel internacional, la violencia contra las mujeres ha sido objeto de varios acuerdos, convenios y declaraciones internacionales. En 1993, la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer proporcionó la primera definición de este fenómeno global, incluyendo dentro de ella la violencia física, sexual y psicológica. Sin embargo, la violencia también puede ser económica, como en el caso de que el agresor impida el derecho de la mujer al empleo o al uso del dinero.
Aunque la violencia está universalmente extendida en todas las culturas y territorios, los contextos de grande vulnerabilidad, como los afectados por la crisis climática, refuerzan la violencia contra las mujeres. Según el informe de la OCDE de 2021 sobre “Igualdad de Género y Fragilidad”, la violencia contra las mujeres y la exposición a las crisis (climática, de seguridad, económica o sanitaria), refuerzan y agravan mutuamente las desigualdades de las mujeres y las violaciones de sus derechos.
Violencia contra las mujeres y cambio climático
El cambio climático expone a las mujeres a muchos retos en su vida cotidiana; pero también a un aumento de la violencia machista. Los acontecimientos relacionados con la crisis climática no son la causa directa de la violencia contra las mujeres; pero permiten crear un entorno en el que la violencia pueda perpetrares más fácilmente y con impunidad. La causa principal y directa de la violencia sigue siendo el patriarcado, que “normaliza” la violencia contra las mujeres. En este sentido, el tsunami de 2004 en el océano Índico es un ejemplo contundente que atestigua que, aunque el cambio climático afecte a nuestra sociedad en su conjunto, la desigualdad entre mujeres y hombres afecta al derecho a la vida y a la supervivencia de las mujeres: debido a la discriminación sistémica, muchas mujeres que vivían en la zona de lo tsunami no aprendieron a nadar y no tuvieron acceso a la información y a las herramientas necesarias para su seguridad durante el tsunami y sólo hubo entre 20 y 35% de mujeres supervivientes.
En los últimos 20 años se han multiplicado los fenómenos climáticos extremos, como la sequía, las inundaciones y los ciclones. Los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático muestran que estos fenómenos han afectado a 4.000 millones de personas en todo el mundo y han causado más de 300.000 muertos. Sin embargo, la exposición a las consecuencias del cambio climático debe examinarse desde la perspectiva de la desigualdad de género. En efecto, el cambio climático repercute en nuestra sociedad al hacer más complejo el acceso a los recursos, bienes y servicios básicos: las mujeres, que suelen ser las principales proveedoras de recursos como el agua potable, están más expuestas al peligro y a la violencia, también porque suelen recorrer mayores distancias para acceder a estos bienes.
Además, según la Cruz Roja, la trata de personas con fines de explotación sexual y violencia sexual aumentó en Laos y Filipinas tras el tifón de 2013. Además, la violencia en las relaciones íntimas y sexual aumenta durante los fenómenos meteorológicos extremos debido al psicotrauma que provoca el estrés, el aumento del consumo de alcohol y la ausencia temporal del estado de derecho.
Del mismo modo, el cambio climático provoca un aumento de los matrimonios precoces. Varios estudios muestran que los fenómenos meteorológicos extremos, como el ciclón Roanu en Bangladesh y Malawi, han aumentado el número de niñas casadas antes de los 18 años. Estos matrimonios son una estrategia de las familias para reducir sus gastos en contextos en los que ya no tienen acceso a recursos o servicios básicos. En Malawi, por ejemplo, estas niñas eran conocidas como “Novias del Sol“, ya que sus familias las empujaban al matrimonio forzado debido a las consecuencias económicas de la sequía.
Asimismo, la violencia contra las mujeres en situaciones de gran vulnerabilidad es una consecuencia de los fallos sistémicos provocados por los fenómenos meteorológicos extremos, que causan una inestabilidad socioeconómica e institucional que hace inaccesibles la asistencia sanitaria, la seguridad y la aplicación de la ley.
El papel de los Gobiernos Locales y Regionales
Los Gobiernos Locales y Regionales y los municipios son clave en la lucha contra la violencia. Su proximidad a la población les permite tomar decisiones específicas para cada contexto, a las realidades y a las necesidades de sus habitantes.
En este sentido, el Observatorio de la Violencia contra las Mujeres de Seine-Saint-Denis fue creado en 2002 como un laboratorio para construir datos y promover herramientas para proteger a las mujeres víctimas de la violencia y a sus hijos e hijas; así como para formar a los profesionales para que apoyen a estas mujeres. Aunque Seine-Saint-Denis no ha estado radicalmente expuesta a la crisis climática como otros territorios, ha vivido otra crisis, la de la pandemia del COVID-19: el Observatorio ha reaccionado rápidamente a esta crisis adaptando sus herramientas y dando una respuesta rápida al aumento de la violencia contra las mujeres debido al prolongado bloqueo.
Por último, al adoptar un enfoque feminista de la crisis climática, las autoridades locales se posicionan en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible votados por la Asamblea General de la ONU, que adoptan un enfoque de asociación para todas las cuestiones sociales, políticas y medioambientales. El aumento de la violencia contra las mujeres debe ser tenido en cuenta en las políticas públicas de crisis climática para garantizar su protección a corto y largo plazo.
Sepa más :
https://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1111/j.1467-8306.2007.00563.x
El 5 de septiembre, en ausencia del alcalde de Jenín, retenido por la ofensiva israelí en su municipio, los alcaldes de...
En nuestra reunión semanal del 8 de agosto de 2024, Maysoun Dawoud, responsable del Observatorio de las Violencias contra las...
Como parte de su programa "Territorios de protección para las mujeres víctimas de violencias," el Observatorio Internacional de...